miércoles, 23 de diciembre de 2015


Me cuesta creer en el silencio del mar
como me cuesta creer en el de la noche
tal vez sus alrededores están en calma
pero el sigue bramando sin consuelo
porque es incansable e imperturbable
porque sus olas son amantes insaciables
que pasan el día y la noche entregándose 
como dos gotas que se unen una a una
El mar no medita y aún anciano
hace lentamente el amor en ola núbil
es insaciable e inclemente como dios de olimpo
y traidor como serpiente arrepentida
sobrevive desunida a los ciclos de la vida
como calles de arrabal siempre escondidas
El mar solo quiere soledades de lascivia
sus ojos solo miran la codicia
como espuma se traga sus espermas
no hay ni habrá náufrago que salve
su egoísmo los ahorca en horizontes
de azulada y temible muerte.








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